Existe una tradición que se remonta al siglo XVI que consiste en dedicar los siete domingos anteriores a la fiesta de San José, para acudir con especial fervor al esposo de la Virgen María, expresarle cariño y pedirle aquellas necesidades por las que se quiere que San José interceda.
Es una oración en la que se contemplan los misterios de la vida de San José unidos a la de su Hijo amado. Son los dolores y gozos que experimentó el padre en la tierra de Jesús desde que conoció, de los labios de María, que estaba encinta por la gracia del Espíritu Santo.

En estos siete gozos y dolores se refleja, de alguna manera, toda vida humana la que encontramos luz, serenidad, fortaleza, sentido sobrenatural, amor a Dios Padre, a Dios Hijo, a Dios Espíritu Santo y a la Santísima Virgen.

Toda la vida de San José fue un acto continuo de fe y obediencia en las circunstancias más difíciles y oscuras en que le puso Dios. Él es al pie de la letra «el administrador fiel y solícito a quien el Señor ha puesto al frente de su familia» (Lc 12, 42). Desde tiempo inmemorial, la Iglesia ha venerado e invocando a San José como gran intercesor.

En este año que el Papa Francisco ha declarado como Año de San José, cuando se cumplen el 150 aniversario de la declaración del Esposo de María como Patrono de la Iglesia Católica, el Obispo de Jaén ha manifestado su intención de que la figura de San José cobre un protagonismo especial en nuestra Diócesis.

Por ello, la Iglesia de Jaén, a través de la Vicaria de Culto, Espiritualidad y Vocaciones, ha actualizado, con un lenguaje más sencillo y un formato ágil y fácil de seguir, la oración de los Siete Domingos de San José, para que los fieles lo recen desde casa o en las parroquias, pidiendo una gracia particular o rogando al santo patrón de la Iglesia que interceda por el fin de la pandemia.

Se puede descargar el libro de los SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ

Categorías: NOTICIAS