DANOS TU ESPÍRITU, SEÑOR.
- En la hora de la prueba y de la desorientación.
- En la tentación y en la fragilidad.
- En el combate contra el mal y el pecado.
- En la búsqueda del verdadero bien y de la verdadera alegría.
- En la decisión de permanecer en ti y en tu amistad.